Hotel Posada Santa Maria la Real

Hotel

Me gustó mucho este lugar, aunque se tuvo sólo una bebida, pero era agradable.

Sitio precioso. Gran terraza sobre césped. Zona de lectura muy acogedora y al lado del centro.

Habitaciones pequeñas. Instalado dentro del monasterio resultan agradables sus cuidadas instalaciones fruto de una acertada restauración, lamentablemente las habitaciones son minúsculas, hasta resultar incómodas para dos personas, la escalera para acceder al altillo donde está la cama es un tanto vertiginosa. La atención es esmerada. Aceptable relación calidad-precio.

Historia en un marco incomparable.

Un lugar muy bonito. Buena comida a precio asequible. Repetiré seguro.

Atención del personal increíble, totalmente recomendable ir. Disponen de varios tipos de habitación con gran encanto.

La posada tiene un gran encanto, con un sabor a románico especial. Gran cordialidad en todos los empleados que te hacen una estancia muy agradable. El restaurante con plato del día con una calidad/precio muy buena. Tan solo un pero, las habitaciones son en dos alturas y no muy aptas para persona con la movilidad disminuida. Para pasar un fin de semana, por ejemplo, creo que seria una opción acertada.

El servicio es muy bueno. Las habitaciones aunque pequeñas tienen todo lo que se necesita. Lo único malo es que se puede escuchar a las habitaciones de al lado. Tampoco está bien señalizado el acceso. El parking no está asfaltado por lo que, si llueve como fue mi caso, acabas ensuciandote.

Se trata de un pequeño hotel lleno de encanto. La decoración y el jardín se merecen un sobresaliente. El personal es muy amable y servicial. No puedo opinar de la comida ya que estaba a tope y no pudimos almorzar y para el desayuno también salimos fuera del hotel temiendo los precios que podían cobrarnos al no estar incluido en la habitación. El enclave y entorno no puede ser más mágico pero le encuentro dos pegas grandes. Una el aparcamiento que es inexistente. Un pequeño camino de tierra lleno de charcos a la entrada del recinto. Si ahí no hay sitio te tienes que ir bien lejos para poder aparcar. El otro problema es la forma de las habitaciones. No sé si habrá de otros tipos pero por lo que vi la mayoría eran de dos alturas. En la parte de abajo un pequeño baño y una cama de 90. Unas estrechas y altas escaleras te llevan a un altillo voladizo, situado sobre el techo del cuarto de baño y del armario, que tiene una cama de matrimonio y unas especie de colchonetas (¿para ser usadas por un niño? ). El acceso para meterte en la cama es un pequeño hueco por la parte lateral de los pies o subiéndote a la colchoneta y gateando hasta el lateral. El otro lateral y la cabecera están pegadas a la pared y la zona de los pies está pegada a la barandilla que limita el voladizo. En fin que hay que estar ágil para poder usarse. Además uno de los huéspedes tiene que saltar sobre el otro para poder salir de la cama… y luego si no te ha pasado nada tienes que bajar las escaleras a oscuras ….

Es un lugar con encanto pero los detalles desmerecen el conjunto. La zona de estacionamiento esta sin pavimentar por lo que en lo que llueve acabas embarrado. Las habitaciones tienen su gracia por aquello de la doble altura pero están mal aprovechadas con baños extremadamente pequeños. Ojala lo mimen un poco más.

Paramos a tomar algo a la cafetería. El lugar es muy acogedor.

Sitio precioso para comer, o tomar algo en el patio que tienen si hace buen tiempo. Comida muy buena y personal encantador.

Elegí el hotel y el restaurante de la Posada Santa María la Real para centro de operaciones de un reportaje fotográfico sobre el románico palentino. La elección fue plenamente satisfactoria. Las habitaciones son pequeñas por respeto al estilo de su tiempo pero cómodas y bien aprovechadas. El restaurante ofrece menús bien equilibrados por un precio razonable y la atención es excelente. En enclave es magnífico junto al monasterio del mismo nombre.

Excelente alojamiento. Estuvimos con dos niños pequeños en una habitación dúplex preciosa. La cama muy cómoda. Hay Wi-Fi. Nos facilitaron la cuna. El trato de 10. El desayuno buffet muy completo. Disponen de tronas. La única pega, en el bar no tienen pinchos o algo para picar por la tarde, por si vas con niños y la hora de la cena a las 21:00 en el restaurante es tarde para ellos. Y que la camarera pasó bastante de los que estábamos allí, puesto que debía andar con prisa para organizar lo del restaurante.

Un lugar con encanto, lleno de historia y con personal muy amable.

Excelente alojamiento, ubicado en el mismísimo Monasterio de Santa María la Real, habitaciones muy confortables, en distintos edificios y con bastantes comodidades, muy bien atendido y buen desayuno. Amplios espacios comunes y fantástico para visitar el Monasterio en cualquier momento del día, ya que también hay visitas guiadas nocturnas.

Lugar con encanto en enclave histórico recuperado. Habitaciones acogedoras, aunque pequeñas y un poco ruidosas. Buenos desayunos.

Habitaciones pintorescas y monasterio precioso. No os lo perdais!

Restaurante perteneciente al Hotel Posada Santa Maria la Real. Local con encanto y excelente servicio. Buena cocina. Enclavado en las inmediaciones del Monasterio Santa María La Real.

Si quieres tener una experiencia inolvidable visita el monasterio y el románico de la montaña Palentina. Y no dejes de disfritt de la excelente gastronomía de esta zona.

Es una experiencia recomendable, la explicación de la guía fue brillante, muy amena e instructiva, conocer la historia desde la edad media y la evolución de como ha llegado un monasterio a usarse como instituto de educación media y sede de la UNED, creo que gratificante en el fondo y buen uso que se le esta dando en estos momentos.

De recomendable nada. Lo único bonito es el sitio. El servicio y la atención, pesimos.

Absolutamente recomendable. Sólo tengo buenas palabras para este establecimiento, su personal y su restaurante. Buena comida, abundante, trato personal y cercano, instalaciones preciosas y un pueblo maravilloso. Si no han estado nunca, no dejen de ir. Felicidades a todos los trabajadores por su saber hacer. Nosotros seguro que volveremos.

Buen menú en cuanto a calidad de platos y decoración de los mismos aunque quizá un tanto escasos en cantidad. Trato exquisito del personal.

Un gran patio con jardín y vistas a la iglesia del monasterio. El edificio principal con las habitaciones del primer piso son más espaciosas que las habitaciones en el edificio anexo. Esto ofrece no mucho lujo. La comida en el restaurante para todos pasa y era super sabrosa. Está a poca distancia del centro de la ciudad con iglesia espectacular.