EL CAPRICHO DE CLEMENTE

Hotel

Lo que más nos gustó, es su ubicación en el pequeño pueblo, justo en todo el centro. El único sitio abierto para poder comer o tomar un café. Limpio si que estaba.
No existe recepción sino en la barra del bar restaurante en los bajos del hotel atendido por un camarero tan agradable como ineficaz. Nos dieron una habitación con una cama muy pequeña pero lo peor es que se hundía en el centro. Bajamos para pedir que nos cambiaran y nos dijeron que hasta que no llegara el dueño no podían porque no habían libres. Los 20 minutos que dijo tardarían más o menos se convirtieron en 3 horas con dos bajadas más al bar/recepción sin éxito alguno. Consulté en Booking para ese mismo día y tenían disponibilidad de una habitación con dos camas dobles y al mismo precio cobrado a nosotros. Nos resignamos y colocamos la ropa, abrimos las maletas etc. Y al poco llegó una chica muy agradable que enseguida nos hizo el cambio de la habitación. Luego entonces no estaban completos. Tanto la una como la otra habitación, de escaso gusto en la estética y con un TV minúsculo de 14 pulgadas con TDT de hace 20/30 años y dos mandos a distancia que ni recordaba. El Wifi decir pésimo es poco. Experiencia decepcionante.

Camas cómodas, habitación amplia. Silenciosa y bien aislada. Buena calefacción.
No hubo nadie en recepción durante nuestro finde y en ese sentido no puedo valorar la atención porque no la hubo. No nos pudieron dar una copia de llave y eso fue un incordio pero nos apañamos.
Buen desayuno y en cafetería muy amables. Repetiría si vuelvo por allí

Soncillo es un lugar espectacular y el Capricho de Clemente un hotel excelente. Sobrio y sencillo, con todo lo necesario para poder disfrutar del Pueblo y de su entorno. Las personas que gestionan el hotel y el restaurante/bar son amables y acogedoras. Dormimos en una habitación para tres personas, con un niño pequeño, muy acogedora, límpia y muy buena temperatura. Muy aconsejable.