Dos de mis amigos y yo vinimos a Amsterdam un par de días y no tener un gran presupuesto disponible optamos por este hotel. Mirando las fotos publicadas por el hotel pensamos que las habitaciones y los diferentes ambientes eran más grandes, pero no era un gran problema.
Teníamos la habitación en el edificio detrás del hotel; Está estructurado en tres plantas cada una con 3/4 habitaciones y con una ducha y baño compartidos para cada planta.
La habitación no tenía grandes cosas, pero era esencial para nosotros: las camas, unas cuantas perchas (una se quedó en mi mano), un aire acondicionado, un fregadero, varios taburetes con una mesa de centro y el televisor (nos faltaba el control remoto, pero no lo necesitábamos, si lo habíamos pedido seguro allí lo habrían dado.
Después del Ceck-In se puede poner el bagli en un armario e ir a un recorrido por la ciudad a la espera de que la habitación se despeje.
Nos dieron un tela magnética que abrió la habitación e insertó en el espacio adecuado permitido para operar los diversos enchufes y, por lo tanto, también los proyectores LED para iluminar la habitación.
El personal siempre fue muy amable y servicial en nuestras peticiones.
Todos los días iban a limpiar las habitaciones de las personas que acababan de alojarse en su lugar en las habitaciones todavía ocupaban vacías el cubo de basura.
El desayuno, en la medida en que como es satisfactorio, hay dulce y salado: leche, café, capuchino, zumo, cereales, mermeladas, miel, pan de diferentes tipos con posibilidad de asarlo, huevos, queso, rebanadas…
En esencia, el lugar es adecuado para una clientela juvenil que se va de vacaciones sin demasiada pretensión;
Carece de un poco de atención al detalle, pero es más transitable.
Teníamos la habitación en el edificio detrás del hotel; Está estructurado en tres plantas cada una con 3/4 habitaciones y con una ducha y baño compartidos para cada planta.
La habitación no tenía grandes cosas, pero era esencial para nosotros: las camas, unas cuantas perchas (una se quedó en mi mano), un aire acondicionado, un fregadero, varios taburetes con una mesa de centro y el televisor (nos faltaba el control remoto, pero no lo necesitábamos, si lo habíamos pedido seguro allí lo habrían dado.
Después del Ceck-In se puede poner el bagli en un armario e ir a un recorrido por la ciudad a la espera de que la habitación se despeje.
Nos dieron un tela magnética que abrió la habitación e insertó en el espacio adecuado permitido para operar los diversos enchufes y, por lo tanto, también los proyectores LED para iluminar la habitación.
El personal siempre fue muy amable y servicial en nuestras peticiones.
Todos los días iban a limpiar las habitaciones de las personas que acababan de alojarse en su lugar en las habitaciones todavía ocupaban vacías el cubo de basura.
El desayuno, en la medida en que como es satisfactorio, hay dulce y salado: leche, café, capuchino, zumo, cereales, mermeladas, miel, pan de diferentes tipos con posibilidad de asarlo, huevos, queso, rebanadas…
En esencia, el lugar es adecuado para una clientela juvenil que se va de vacaciones sin demasiada pretensión;
Carece de un poco de atención al detalle, pero es más transitable.