Empecemos por lo único aceptable que es el SPA interno: bien estructurado con diferentes rutas pero sin ninguna guía o asesor. Todo lo demás para olvidar.
La recepción no se puede definir como tal: la recepcionista sólo nos dio tiempo para darnos las llaves después de lo cual nos liquidaron inmediatamente y tuvimos que recorrer la estructura de forma independiente.
Pequeña piscina para el número de clientes y no en absoluto cuidado: agua sucia (nunca limpiado en una semana) y jardín circundante sin tratar, por no mencionar la infestación de mosquitos y moscas durante todo el día.
Habitaciones pequeñas con muebles mediocres: la ropa de cama no se cambiaba todos los días, aunque sucia y la ducha del baño tenía pérdidas de agua. El agua utilizada en los sanitarios era agua termal que no permitía una buena limpieza del cuerpo, así como estar siempre caliente.
Están equipados con un servicio de transporte (dada la distancia desde el mar) que acompaña a los clientes a veces establecidos en el centro del pueblo. Tiempos de unsoding para una ciudad costera: el último servicio de transporte en la mañana salió a las 12 o'm después de lo cual tuvo que esperar a las 3:30 pm para subir o bajar. El servicio de traslado hace 4 viajes por la mañana y 3 de pomeggio. Por la noche tienes que verlo tú mismo para llegar a la ciudad.
La cocina : el aspecto más negativo. Platos pobres y no digno de un hotel, pero de una trattoria. Los menús fueron fijos, no hay posibilidad de alternativa, siempre y cuando se pagan recargos. Comida congelada y de baja calidad. Los postres servidos son siempre los mismos. En una semana siempre la misma ricotta y pera pastel.
Regulaciones anti-covid inexistentes: personal de habitación y gestión sin máscara y guantes.
La recepción no se puede definir como tal: la recepcionista sólo nos dio tiempo para darnos las llaves después de lo cual nos liquidaron inmediatamente y tuvimos que recorrer la estructura de forma independiente.
Pequeña piscina para el número de clientes y no en absoluto cuidado: agua sucia (nunca limpiado en una semana) y jardín circundante sin tratar, por no mencionar la infestación de mosquitos y moscas durante todo el día.
Habitaciones pequeñas con muebles mediocres: la ropa de cama no se cambiaba todos los días, aunque sucia y la ducha del baño tenía pérdidas de agua. El agua utilizada en los sanitarios era agua termal que no permitía una buena limpieza del cuerpo, así como estar siempre caliente.
Están equipados con un servicio de transporte (dada la distancia desde el mar) que acompaña a los clientes a veces establecidos en el centro del pueblo. Tiempos de unsoding para una ciudad costera: el último servicio de transporte en la mañana salió a las 12 o'm después de lo cual tuvo que esperar a las 3:30 pm para subir o bajar. El servicio de traslado hace 4 viajes por la mañana y 3 de pomeggio. Por la noche tienes que verlo tú mismo para llegar a la ciudad.
La cocina : el aspecto más negativo. Platos pobres y no digno de un hotel, pero de una trattoria. Los menús fueron fijos, no hay posibilidad de alternativa, siempre y cuando se pagan recargos. Comida congelada y de baja calidad. Los postres servidos son siempre los mismos. En una semana siempre la misma ricotta y pera pastel.
Regulaciones anti-covid inexistentes: personal de habitación y gestión sin máscara y guantes.