HOTEL RURAL EL PALOMAR

Hotel

La posada muy bonita, huele muy rico. Muy limpia, las toallas, sábanas con agradable olor. El balcón de la habitación matrimonial está muy bien para sentarse un rato en la noche. Muy bien ubicada. La Sra Bienve y su hija muy simpáticas. Te dan un mapa al llegar con varias opciones de que hacer por la zona. El desayuno bien. Me gustó mucho sin duda alguna volvería. Mil gracias.

Relación calidad — precio espectacular.
Nos atendió Soraya y la verdad que un trato muy amable y cercano.
Habíamos mirado por internet sitios de turismo para visitar pero aún así le pedimos que nos aconsejara y la verdad que las pautas que nos dio estupendas, que ver primero, las cosas más interesantes, las que suponían un poco más de esfuerzo… Muy agradecidos.
Las instalaciones muy limpias y cuidadas!
Un sitio ideal para alojarse cuando visitas Aldeadávila y Las Arribes.

En cuanto a limpieza e instalaciones, el hotel es correcto. La persona que nos recibió el día de llegada, Soraya, nos explicó amablemente en un mapa qué ver en los alrededores. La decepción llegó después por dos motivos. Por un lado, porque por teléfono nos habían dicho que costaba 50 euros, pero al llegar nos cobraron 55. Por otro, por la falta de flexibilidad al día siguiente. Por la mañana tuve que trabajar un rato y me pusieron una videollamada inesperada de trabajo de 12:30 a 13 h. Se lo explicamos a Soraya y preguntamos si nos podíamos quedar en el comedor para poder hacerla, dejando libre la habitación para que pudiesen limpiarla. Dijo que tenía que consultarlo con su jefa. Luego nos llamó para respondernos que no, que si queríamos quedarnos más allá de las 12 h teníamos que pagar y entonce sí podíamos. Y el hotel estaba completamente vacío. Total, que tuvimos que irnos y buscar un sitio donde poder trabajar media hora. Con las reseñas tan buenas que tenía el alojamiento, nos quedamos con muy mala impresión, la verdad.

El hotel limpísimo, muy acogedor, con vistas muy buenas del pueblo. En una zona tranquila. Terraza en la habitación que nos asignaron que estuvimos en la gloria cenando algo que cogimos para llevar del pueblo. El trato muy cercano y familiar. La dueña, Bienvenida, lo mejor del hotel sin duda alguna, nos explicó qué miradores ver, cómo ir de unos a otros, qué cosas a tener en cuenta para disfrutar al máximo en el tiempo que llevábamos. Hemos acabado encantados y con ganas de volver a los Arribes en primavera y volver a ver a Bienvenida y su hotel.