En la zona residencial de Marylebone, detrás de la impresionante Wallace Collection, hay un edificio de cuatro estrellas (gran edificio del siglo XVIII) frecuentado por la nobleza inglesa y los turistas enamorados del estilo georgiano clásico.
Porque este Durrants es una joya de "azúcar puro" del estilo británico. En serio. Así que británico!
Celebrado, durante más de un siglo por la misma familia, este hotel es bastante único.
En la recepción si usted es "Lucky", la anfitriona hará su "check in", en francés,. Entonces su equipaje será llevado por un novio (sí, sí). Es mucho más chic!
Por supuesto, hay un ascensor, pero hubo un tiempo, cuando tenías que tomar la hermosa escalera de madera. El botones también
Las habitaciones y suites son bastante desiguales, durante nuestra primera estancia, nos estremecimos de frío, el radiador está abajo ❄️
Al día siguiente estábamos sentados en una habitación muy cómoda con decoración georgiana.
Desde entonces, trabajos de restauración muy importantes. Se han logrado.
El desayuno está en línea con la tradición británica. No hay buffet.
Usted tiene que pedir, y hacer su menú de acuerdo a sus deseos.
Recomiendo, (para aquellos que los pescados en el desayuno no desalentar, ) rebanadas de salmón frito de gran frescura y absolutamente sabroso. Gachas, invierno, por supuesto, es suculento!
Por la noche, los pequeños salones íntimos,
amueblado con deliciosamente escenificado antiguedades, o, pinturas encantadoras magnifican la carpintería, le dan la bienvenida para una bebida, a menos que elija el Bar Georges, muy cálido.
En invierno las chimeneas funcionan, y, saboreando "una taza de té" aquí, tiene perfecto sentido.
Para sus tardes la proximidad al centro neurálgico de las compras de Londres. (Oxford Street, Marble Arch) te hará. Calentar la tarjeta azul, (oro o negro! )
Pero, la proximidad de la Colección Wallace. Te traerá placeres estéticos que guardarás en lo más profundo de tu corazón.
Porque este Durrants es una joya de "azúcar puro" del estilo británico. En serio. Así que británico!
Celebrado, durante más de un siglo por la misma familia, este hotel es bastante único.
En la recepción si usted es "Lucky", la anfitriona hará su "check in", en francés,. Entonces su equipaje será llevado por un novio (sí, sí). Es mucho más chic!
Por supuesto, hay un ascensor, pero hubo un tiempo, cuando tenías que tomar la hermosa escalera de madera. El botones también
Las habitaciones y suites son bastante desiguales, durante nuestra primera estancia, nos estremecimos de frío, el radiador está abajo ❄️
Al día siguiente estábamos sentados en una habitación muy cómoda con decoración georgiana.
Desde entonces, trabajos de restauración muy importantes. Se han logrado.
El desayuno está en línea con la tradición británica. No hay buffet.
Usted tiene que pedir, y hacer su menú de acuerdo a sus deseos.
Recomiendo, (para aquellos que los pescados en el desayuno no desalentar, ) rebanadas de salmón frito de gran frescura y absolutamente sabroso. Gachas, invierno, por supuesto, es suculento!
Por la noche, los pequeños salones íntimos,
amueblado con deliciosamente escenificado antiguedades, o, pinturas encantadoras magnifican la carpintería, le dan la bienvenida para una bebida, a menos que elija el Bar Georges, muy cálido.
En invierno las chimeneas funcionan, y, saboreando "una taza de té" aquí, tiene perfecto sentido.
Para sus tardes la proximidad al centro neurálgico de las compras de Londres. (Oxford Street, Marble Arch) te hará. Calentar la tarjeta azul, (oro o negro! )
Pero, la proximidad de la Colección Wallace. Te traerá placeres estéticos que guardarás en lo más profundo de tu corazón.