Comentario del Mio Hostel

Contras: — La cena. Consiste únicamente en pasta de comedor de colegio, ensalada y canapés (no hay ni postre ni fruta). La pasta en 5 noches fueron sólo macarrones y se repitieron los sabores varias veces. Los cubiertos y platos para la cena son de plástico. — El desayuno. Es más variado que la cena pero no hay más que un tipo de fruta y el café y el zumo son de muy mala calidad. Conscientes de que el café es muy malo te ponen una máquina para que, en caso de que quieras un café de verdad, pagues por él. — La habitación. No hay armario, sólo una mesilla de noche con cajones. No hay caja fuerte ni neverita. Tampoco te hacen la habitación. — El ambiente. Dicho en plata, parece una comuna hippie. Hay una nevera comunitaria en la que todo el mundo mete sus cosas y unos baños comunes (con ducha incluída) al lado de donde se desayuna y se cena. Además cada uno ha de recoger su mesa al terminar, mesas que, por cierto, están hechas para compartirlas entre los huéspedes. — El Wi-Fi. Sólo funciona en la sala comunitaria, no en las habitaciones. Pros: — Ubicación. Muy bien conectado, tanto por metro, bus (4 líneas y una de ellas al Duomo) y tranvía. — Precio. Es bastante barato. — La zona. Para comer es muy barata y con sitios bastante buenos. Tiene un Lidl muy cerca en el que terminarás comprando la cena si no quieres ir a un restaurante a cenar, porque es imposible cenar más de dos días seguidos en el hotel. También tiene una pizzería justo en el local contiguo en la que se cena por menos de 10€ por persona y con pizzas muy buenas (nosotros terminamos cenando más ahí que en el hotel). — Tiene billar y futbolín. — Milán es una ciudad magnífica, por lo que no pasarás mucho en el hotel. — La vuelta a casa no será tan difícil debido a lo malo que es el hotel.