Chambre d'hôte Farniente

Hotel

En el último momento tuvimos la gran suerte de encontrar justo lo que queríamos: un lugar muy tranquilo, sencillo y muy cómodo, al lado de la muralla del centro histórico, y donde pudimos practicar francés ampliamente. Gudrun es una anfitriona excepcional, con una enorme capacidad de comunicarse con cualquier persona, y de proporcionar la posibilidad de vivir una experiencia auténtica, fuera del típico turismo. En nuestro caso nos permitió descubrir parte de la cultura y los paisajes de la Camarga, gracias a unos tours que hicimos con ella, personalizados, y a sus explicaciones, donde demostró su gran conocimiento del lugar, de su cultura y tradiciones. Cada mañana disfrutamos del sabroso desayuno que nos preparaba Gudrun con especialidades del lugar, en su bonito patio interior, con muchas plantas y al refugio del sol. Lo mejor fue ese tiempo del desayuno, practicando francés, y compartiendo la experiencia con los demás huéspedes que pudimos conocer allí, en un ambiente distendido y muy familiar. Gudrun lo hacia todo fácil, se adaptaba a nuestro nivel de francés, con paciencia, y había una comunicación muy fluida. La casa nos pareció magnífica: auténtica, con una decoración sencilla y muy bonita, con todas las comodidades que se necesitan, y sin cosas innecesarias. La calle donde está la casa de huéspedes es muy tranquila, y a dos pasos del centro, y de los aparcamientos (con un gran descuento por alojarse allí).